Las últimas profecías del Padre Pío hacen referencia al fin de los tiempos y a un período muy oscuro para la humanidad.
Pío de Pietrelcina, conocido como el padre Pío nació en Pietrelcina, Campania, Italia el 25 de Mayo de 1887 y falleció en San Giovanni Rotondo, Apulia, el 23 de Septiembre de 1968. El padre Pio fue Fraile capuchino y sacerdote católico, famoso por sus dones milagrosos, por curar personas mediante la oración y por los estigmas que presentaba en las manos, pies y costado. Nacido como Francesco Forgione le fue dado el nombre de Pío cuando ingresó en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Luego de su muerte fue beatificado en 1999 y canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II.
Sin duda alguna lo que hizo más famoso al padre Pío fue el fenómeno de los estigmas, llamados pasionarios (por ser semejantes a los de Jesucristo en su Pasión): heridas en manos, pies, costado y hombro, dolorosas aunque invisibles entre 1911 y 1918 y luego visibles durante 50 años, desde Septiembre de 1918 hasta Septiembre de 1968. Su sangre tenía al parecer perfume de flores, aroma asociado a la santidad. La noticia de que el padre Pío tenía los estigmas se extendió rápidamente. Muy pronto miles de personas acudían a San Giovanni Rotondo para verle, besarle las manos, confesarse con él y asistir a sus misas. Se trató del primer sacerdote estigmatizado.
Al padre Pio se le atribuye también la capacidad de leer las conciencias y almas, don que utilizó frecuentemente durante el ministerio del sacramento de la confesión. Se dijo que podía realizar curas milagrosas mediante el poder de la oración y que tenía el poder de la bilocación, que es el fenómeno de estar en dos lugares al mismo tiempo. Durante su período de sufrimiento espiritual sus seguidores creen que el Padre Pío fue atacado por el diablo, física y espiritualmente. Sus seguidores también creen que el diablo usó trucos diabólicos para aumentar los tormentos del Padre Pío. Estos incluyeron apariciones como un “ángel de luz” y la alteración o destrucción de cartas hacia y desde sus directores espirituales.
La inquietante profecía del Padre Pío sobre el fin de los tiempos
En 1947 el Padre Karol Józef Wojtyła (Juan Pablo II) visitó al Padre Pío, quien escuchó su confesión. El cardenal austríaco Alfons Stickler informó que Wojtyła le dijo que durante esta reunión, el Padre Pío le dijo que algún día ascendería al “puesto más alto en la iglesia, aunque se necesita más confirmación”. También se le han adjudicado otras profecías con el paso de tiempo. El padre Pío también predijo el papado de Pablo VI.
En un escrito del padre Pío de 1959 cuenta una revelación que le hizo Jesús sobre el fin del mundo. En la epístola exhortaba a la humanidad a estar preparada para un advenimiento de tiempos oscuros, cuando el sol, la luna y las estrellas aparecieran alterados o fuera de lugar. Entonces la perversidad de los hombres estará en un punto álgido y solo se preocuparán en pasarlo bien y pecar.
El mundo estará en ruinas. Los hombres habrán abandonado el camino correcto para aventurarse en caminos que terminan en el desierto de la violencia… Si no vuelven a beber de la fuente de la humildad, la caridad y el amor, será una catástrofe. “Ya no puedo interceder por los hombres. La piedad divina está a punto de terminar. El hombre fue creado para amar la vida y terminó destruyendo la vida”, dijo el padre Pío en la carta…
“Prepárense para vivir tres días en total oscuridad. Estos tres días están muy cerca… Y en estos días permanecerán como muertos, sin comer ni beber. Luego la luz volverá. Pero muchos serán los hombres que no la verán más. Mucha gente escapará asustada. Correrá sin tener una meta. Dirán que hay salvación al Oriente y la gente correrá hacia el Oriente, pero caerá en un acantilado. Dirán que al Occidente hay salvación y la gente correrá al Occidente, pero caerán en un horno. La tierra temblará y el pánico será grande… La Tierra está enferma. El terremoto será como una serpiente: lo sentirán arrastrarse por todos lados. Y muchas piedras caerán. Y muchos hombres perecerán”, agrega la misiva.
Oscuridad, miedo, dolor y muerte
La visión del padre Pío explica que vendrá el tiempo en que los hombres se quitarán los ojos por una miga de pan. Los negocios serán saqueados, los almacenes serán tomados en asalto y destruidos. Pobre será aquel que en esos días oscuros se encontrará sin una vela, sin una jarra de agua y sin comida necesaria por tres meses. “Una tierra va a desaparecer… una gran tierra. Un país será borrado para siempre de los mapas geográficos… Y con él será arrastrado en el fango la historia, la riqueza y los hombres. El amor del hombre por el hombre se ha convertido en una palabra vacía. De la ira de Dios no serán perdonados los hombres de ciencia, sino los hombres de corazón”, señaló el padre Pío.
También dice en su carta que un meteorito caerá sobre la tierra y todo brillará. Será un desastre, mucho peor que una guerra. Muchas cosas serán canceladas y esta será una de las señales del fin de los tiempos… Los hombres vivirán una experiencia trágica. Muchos serán abrumados por el río, muchos serán quemados por el fuego y muchos serán enterrados por los venenos… Se habla de un tiempo oscuro, con pocas personas que creen en Dios y gran cantidad de agnósticos y ateos. De personas que han perdido la fe y se han olvidado de Dios.
La inquietante carta explica además que las personas deben de quedarse en sus casas, cerrar puertas y ventanas, no mirar por ellas hacia fuera; también hacer acopio de alimentos, ya que se desatarán las fuerzas de la naturaleza. Habrá terremotos y el viento traerá gases envenenados que se dispersarán por toda la tierra. La luz del sol será reemplazada por oscuridad que envolverá todo el planeta. Será un terrible castigo como nunca se ha visto anteriormente. Al cabo de tres días y tres noches el fuego cesará y se extenderá el espíritu de la paz sobre la tierra…