Entre dos y tres mil millones de personas en todo el mundo experimentan escasez de agua, estas carencias se agudizarán en las próximas décadas, indica un informe.
A nivel mundial, 2,000 millones de personas (26% de la población) no tienen agua potable segura y 3,600 millones (46%) carecen de acceso a saneamiento gestionado de forma segura, según el informe, publicado por la UNESCO en nombre de ONU-Agua y publicado en la Conferencia del Agua de la ONU 2023 en Nueva York. La ONU está celebrando su primera conferencia sobre el agua desde 1977 en Nueva York esta semana, copatrocinada por los gobiernos de los Países Bajos y Tayikistán.
Entre 2,000 y 3,000 millones de personas experimentan escasez de agua durante al menos un mes al año, lo que plantea graves riesgos para los medios de subsistencia, en particular a través de la seguridad alimentaria y el acceso a la electricidad. Se prevé que la población urbana mundial que se enfrenta a la escasez de agua se duplique de 930 millones en 2016 a 1,700 – 2,400 millones de personas en 2050. La creciente incidencia de sequías extremas y prolongadas también está estresando los ecosistemas, con consecuencias nefastas para las especies de plantas y animales, indica el informe. Más del 85% del área de humedales naturales ya se ha perdido y el 75% de la superficie terrestre se ha alterado significativamente, lo que reduce la capacidad de los ecosistemas de la tierra para soportar agua sostenible
“El agua es nuestro futuro común y debemos actuar juntos para compartirla equitativamente y gestionarla de manera sostenible. Mientras el mundo se reúne para la primera gran conferencia de las Naciones Unidas sobre el agua en el último medio siglo, tenemos la responsabilidad de trazar un rumbo colectivo para garantizar agua y saneamiento para todos”, señaló Audrey Azoulay directora de la UNESCO.
Casi todas las intervenciones relacionadas con el agua implican algún tipo de cooperación. Los cultivos en crecimiento requieren sistemas de riego compartidos entre los agricultores. Proporcionar agua segura y accesible a las ciudades y las zonas rurales solo es posible mediante una gestión comunitaria de los sistemas de abastecimiento de agua y saneamiento. Y la cooperación entre estas comunidades urbanas y rurales es esencial para mantener tanto la seguridad alimentaria como los ingresos de los agricultores.
La gestión de ríos y acuíferos que cruzan fronteras internacionales hace que las cosas sean aún más complejas. Si bien se ha demostrado que la cooperación sobre cuencas y acuíferos transfronterizos brinda muchos beneficios más allá de la seguridad hídrica, incluida la apertura de canales diplomáticos adicionales, solo 6 de los 468 acuíferos compartidos internacionalmente en el mundo están sujetos a un acuerdo de cooperación formal.
Los servicios ambientales, como el control de la contaminación y la biodiversidad, se encuentran entre los beneficios compartidos que se destacan con mayor frecuencia en el informe, junto con el intercambio de datos/información y las oportunidades de cofinanciamiento.
Este informe viene a sumarse a otro publicado la semana pasada por la Comisión Global sobre la Economía del Agua que encontró que la demanda de agua dulce superaría la oferta en un 40% para 2030. Esto tendría enormes implicaciones para la economía mundial, la naturaleza, la vida urbana y el clima, pero pocos gobiernos estaban tomando medidas para preservar los suministros de agua y reducir la contaminación, encontró el informe.