Por Anthony Machado
Yo no sé cómo serán las cosas en otros países y otras sociedades, tampoco se el pensamiento de otros jóvenes en otros lugares, pero sé que aquí donde vivo no hay tiempo para ‘vagaciones’ (término gracioso que mi madre suele darle a las vacaciones). Hace un par de semanas que terminó el año educativo y supuestamente deberíamos estar ‘recargando las baterías’ para el próximo con unas buenas ‘vagaciones’ pero no hay tiempo para eso.
En lo personal, por ejemplo, como pusieron una asignatura nueva extra para el último año, que es obligatoria para graduarse y alargaría el período de clases una hora más diaria por un semestre, preferí cursarla en escuela de verano durante 3 semanas, por lo que estoy yendo a la escuela en este momento. También tenemos que seguir con las asignaciones que teníamos durante el último año, así que debo de seguir haciendo esta columna y otras actividades extracurriculares.
Además ya nos han fijado algunas tareas de verano como leer un libro determinado y comentarlo, por lo que las vacaciones son en realidad bastante activas y con menos tiempo para el ocio y la diversión. Pero uno entiende que vivimos en un mundo muy competitivo y para hacer una diferencia hay que estar muy preparado para poder lograr lo que queremos en el día de mañana.
En mi casa así me han educado, desde niño me dicen que si en este tiempo me esfuerzo y logro concluir mis estudios, tengo toda la vida por delante para divertirme y hacer lo que me gusta, por lo que tomo esta experiencia con el mejor ánimo posible. Y, aunque a veces me dan ganas de tener esas ‘vagaciones’ totales y completas, me he acostumbrado tanto a la actividad que tenemos que creo que si tuviera esa posibilidad sentiría que ‘algo falta’. Lo mejor del caso es que dentro de unos días habré terminado mi clase de verano y tendré un poco más de tiempo para divertirme.
En definitiva, las vacaciones vienen este año con actividades escolares para cumplir y las ‘vagaciones’, esas que todos soñamos con tener algún día, tendrán que quedar para otro momento. Puedo renunciar a esas ‘vagaciones’ por un tiempo, pero no quiero renunciar por nada del mundo a mis sueños, así que seguiré enfocado en el camino hasta llegar a la meta.