Casi una de cada cinco personas que han tenido COVID-19 también han desarrollado síntomas persistentes conocidos como ‘COVID prolongado’, dijeron los CDC.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), señalaron que más del 40% de los adultos en Estados Unidos han tenido COVID-19 y de ellos el 19% han informado que durante mucho tiempo continúan teniendo síntomas de la enfermedad. El COVID prolongado se ha definido como síntomas que duran tres o más meses después de contraer el virus por primera vez y que no se tenían antes de la infección.
“Un número creciente de personas previamente infectadas con SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, han informado síntomas persistentes o la aparición de síntomas a largo plazo, 4 semanas después de haber contraído la enfermedad, estos síntomas se conocen comúnmente como condiciones post-COVID o COVID prolongado”, dijeron los CDC.
Las afecciones afectaron múltiples sistemas e incluyeron signos y síntomas cardiovasculares, pulmonares, hematológicos, renales, endocrinos, gastrointestinales, musculoesqueléticos, neurológicos y psiquiátricos. Por grupos de edad, los cocientes de riesgo (RR) más altos fueron para la embolia pulmonar aguda (RR = 2.1 y 2.2 entre las personas de 18 a 64 años y 65 años o más, respectivamente) y los signos y síntomas respiratorios (RR = 2.1 en ambos grupos de edad).
Estos hallazgos se traducen en que uno de cada cinco sobrevivientes de COVID-19 de 18 a 64 años y uno de cada cuatro sobrevivientes de 65 años o más experimenta una condición incidente que podría atribuirse a un COVID-19 anterior.
Se observaron diferencias por grupo de edad. El RR para la arritmia cardíaca fue mayor entre los pacientes de 18 a 64 años (RR = 1.7) en comparación con los de 65 años o más (1.5). De manera similar, el RR para el dolor musculoesquelético fue mayor entre los pacientes de 18 a 64 años (1.6) que entre los de 65 años o más (1.4). Entre los casos, los RR para 10 condiciones incidentes fueron significativamente más altos entre los de 65 años o más que entre los de 18 a 64 años, estas afecciones fueron insuficiencia renal, eventos tromboembólicos, enfermedad cerebrovascular, diabetes tipo 2, trastornos musculares, afecciones neurológicas y afecciones de salud mental (incluidos trastornos del estado de ánimo, ansiedad, otras afecciones mentales y trastornos relacionados con sustancias).
“A medida que aumenta la cantidad de personas que alguna vez se infectaron con el SARS-CoV-2, es probable que también aumente la cantidad de sobrevivientes que padecen condiciones post-COVID. Por lo tanto, la implementación de estrategias de prevención, así como la evaluación de rutina de las condiciones posteriores a la enfermedad entre las personas que sobreviven al COVID-19, es fundamental para reducir la incidencia y el impacto de las condiciones posteriores, particularmente entre los adultos de 65 años o más”, concluyeron los CDC.