Investigadores hallaron que la pandemia de COVID-19, que ha cobrado más de 393,000 vidas en Estados Unidos, ha afectado significativamente la esperanza de vida.
Los investigadores que llevaron a cabo el estudio dijeron que, el COVID-19 ha generado una enorme tasa de mortalidad en Estados Unidos, con un número desproporcionado de muertes entre la población afroamericana y latina. Proyectaron que el COVID-19 redujo la esperanza de vida en el país en 1.13 años. Las reducciones estimadas para la población afroamericana y latina son de 3 a 4 veces mayores que las de los blancos. En consecuencia, se espera que el COVID-19 revierta más de 10 años de progreso logrado para cerrar la brecha de esperanza de vida y reducir la ventaja de mortalidad de los latinos en más del 70%. Es posible que en 2021 persista cierta reducción en la esperanza de vida debido a la continua mortalidad por COVID-19 y los impactos sanitarios, sociales y económicos a largo plazo de la pandemia. Esta es la mayor disminución anual en la esperanza de vida en al menos 40 años y es la esperanza de vida más baja estimada desde 2003.
Es probable que la disminución de la esperanza de vida sea aún más pronunciada entre las poblaciones de las minorías. Para los afroamericanos, los investigadores proyectan que su esperanza de vida se reduciría en 2.10 años y para los latinos, en 3.05 años. Los blancos también se ven afectados, pero su declive proyectado es mucho menor (0.68 años).
En general, se prevé que la brecha en la esperanza de vida entre las minorías se amplíe en un 40%, de 3.6 a más de 5 años, una prueba más del impacto dispar de la enfermedad en las poblaciones desfavorecidas.
El estudio analiza el efecto del número excepcional de muertes en la esperanza de vida de toda la nación, así como las consecuencias para los grupos más desprotegidos. El efecto desproporcionado de la pandemia de COVID-19 en la esperanza de vida de los afroamericanos y latinos probablemente tenga que ver con su mayor exposición a través de su lugar de trabajo o contactos familiares extendidos, además de recibir una atención médica más deficiente, lo que lleva a más infecciones y peores resultados.
Se indica además en el estudio que, la enorme disminución en la esperanza de vida de los latinos es especialmente impactante, dado que dicha comunidad tiene tasas más bajas que las poblaciones blancas y afroamericanas en la mayoría de las afecciones crónicas que son factores de riesgo para el COVID-19. La buena salud en general de los latinos antes de la pandemia, que debería haberlos protegido del COVID-19, ha puesto al descubierto los riesgos asociados con las desventajas sociales y económicas.
Las mayores reducciones en la esperanza de vida de las poblaciones de las minorías se deben, en parte, a un número desproporcionado de muertes a edades más tempranas para estos grupos. Estos hallazgos subrayan la necesidad de programas y comportamientos de protección para reducir la exposición viral potencial entre las personas más jóvenes que pueden no percibirse como de alto riesgo.