Según ACNUR y UNICEF las amenazas de muerte y la violencia de las pandillas obligan a más familias a huir del norte de Centroamérica
Las amenazas de muerte, el reclutamiento de pandillas, la extorsión y otras formas de violencia selectiva están impulsando a más familias del norte de Centroamérica a huir de sus hogares y buscar protección en otros países, revela una encuesta de ACNUR y UNICEF.
Casi el 20 por ciento de los más de 3,100 entrevistados que se desplazaron en unidades familiares identificaron la violencia, incluidas amenazas de muerte, extorsión, reclutamiento de pandillas y la violencia doméstica, como la razón principal detrás de su huida. Más del 30 por ciento de los niños y niñas no acompañados encuestados identificaron algún tipo de violencia como el principal detonante de su desplazamiento, lo que a su vez afectó su capacidad para acceder a los servicios esenciales, incluida la escuela.
Los resultados de la encuesta ayudan a explicar la dinámica detrás del alarmante aumento del 456 por ciento en las unidades familiares detenidas en la frontera sur de Estados Unidos el año pasado. Este número se disparó de casi 77,800 familias en 2018 a más de 432,000 en 2019.
En comunidades caracterizadas por violencia extrema, ataques de pandillas y actividades delictivas, los hombres, mujeres y adolescentes del norte de Centroamérica son particularmente vulnerables. La violencia, especialmente las amenazas de muerte asociadas con el reclutamiento, afecta directamente a los niños y adolescentes. Los niños y niñas describieron enfrentarse a varios factores de desplazamiento, incluidos diferentes tipos de violencia y la falta de oportunidades y servicios en sus países. Los adultos describieron haber recibido amenazas de pandillas dirigidas a toda su familia, lo que llevó a muchos a huir de su comunidad con todos sus hijos e hijas para no dejarlos en riesgo.
A finales de 2019, más de 800,000 personas de El Salvador, Guatemala y Honduras habían buscado protección dentro de sus países o habían cruzado fronteras internacionales en busca de asilo para escapar de amenazas interrelacionadas, incluidos niveles crecientes de violencia y persecución de pandillas, entre otros factores.
Durante la pandemia de COVID-19, las estrictas restricciones al movimiento y el cierre de fronteras han limitado las opciones para que las personas huyan del peligro, particularmente en los países del norte de Centroamérica: El Salvador, Guatemala y Honduras. Al mismo tiempo, las muchas formas de violencia y persecución que han provocado el desplazamiento forzado en esta región durante años han continuado y, en algunos casos, se han agravado durante el confinamiento.