En Filipinas el adulterio puede ser castigado con penas de hasta seis años de prisión.
En la ciudad de Mandaue, Filipinas, una mujer infiel se escondió de su esposo y de la Policía en el techo de una habitación de motel, de donde se negó a bajar durante 30 minutos.
El marido, quien por su trabajo de marinero pasa largas temporadas fuera de casa, sospechaba de su esposa por lo que siguió el taxi en que se subió su mujer, quien supuestamente iba a trabajar. El coche, sin embargo, se detuvo para recoger a un joven desconocido y se dirigió hasta un motel.
Ante esta situación, el marido llamó a un amigo, quien a su vez decidió llamar a la Policía. Los empleados del motel no dejaron entrar al esposo, quien se quedó afuera esperando, pero no pudieron impedir la entrada de los agentes. Cuando los oficiales por fin pudieron inspeccionar la habitación, no vieron a nadie en su interior.
Sin embargo, en ese momento, una parte del techo cayó junto a unos zapatos y los agentes vieron los pies colgando de la mujer, descubriendo así su escondite.
Pese a los requerimientos de los oficiales, la mujer se negó a bajar, hasta que uno de los policías subió hasta el techo y la convenció para que depusiera su actitud después de media hora de negociaciones. Su acompañante, quien pudo escapar antes de la aparición de la policía, fue capturado más tarde. El marido planea denunciar a los amantes, que fueron escoltados hasta una estación de policía e interrogados. En Filipinas el adulterio está tipificado como delito en el Código Penal con penas de hasta 6 años de cárcel.