Después de meses de haber vivido una pandemia que nos ha hecho permanecer en nuestras casas, se ha visto que algunas personas no han soportado el encierro y pensé en todos los animales que han sido encerrados de por vida en zoológicos y circos, en donde han tenido una vida cruel, llena de maltratos, forzados a trabajar en condiciones deplorables, por el simple hecho de que la gente los vea en persona o para que otros se beneficien económicamente.
¿Porque trasladar a todos estos animales lejos de su hábitat? ¿Acaso traemos una montaña, un bosque o cualquier paisaje hasta nosotros? Si, ya sé, no se los puede mover sino también se haría, créanlo. El egoísmo y la avaricia de algunas personas, sin importarles el daño que puedan ocasionar, los lleva a traer a estos seres vivos a lugares inmensamente lejos de donde han nacido, a confinarlos a una vida de miseria y esclavitud.
De niña nunca me gustaron los circos ni los zoológicos, entendía que no era correcto que por el simple egoísmo de ver a todos estos animales de cerca, ellos tuvieran que pagar un alto precio, por eso de adulta nunca fomenté el ir a esos lugares, muy por el contrario, celebraba cuando alguno de estos sitios a petición de muchas personas que piensan como yo, cambiaran de tener animales que sufrían a tener personas que por su libre elección trabajaban deslumbrando al público con sus acrobacias.
La historia de Kaavan, que he seguido atentamente desde hace mucho tiempo y que por fin ha tenido un final feliz para él, me reconforta el alma de saber que sí suceden cosas buenas y el de que hay personas que luchan con todo lo que está a su alcance por quienes no tienen voz para hacerlo.
Por si no saben quién es él, Kaavan es un gran elefante asiático al que habían apodado el mas solitario del mundo, desde 2012 se encontraba solo debido a que Saheli su compañera había muerto, entre las terribles condiciones a las que fue sometido, estuvieron la de permanecer más de dos décadas encadenado, vivir en un pequeño recinto con apenas espacio para respirar, vivir en soledad, sufrir de malnutrición y problemas mentales, entre muchas cosas más. Pero, afortunadamente, gracias a las muchas peticiones que se realizaron para que fuera liberado y llevado a una reserva, para que viviera libremente junto a otros elefantes, esto por fin se logró. Luego de muchos años y una ardua tarea por parte de muchas personas, el 29 de Noviembre, Kaavan llegó a su destino en el Cambodia Wildlife Santuary, donde fue muy bien recibido y donde pronto se integrará a una manada.
Al ver la historia de Kaavan, pensé en lo que a él le sucedió y como hubieron personas dispuestas a ayudar. A veces nos topamos con gente así, que te hacen el camino más ligero, no todos son malos, están los que dicen compadecerse y solo eso hacen y están los que verdaderamente hacen algo por alivianar tu carga, esos son los que verdaderamente valen y a los que debes de tener en cuenta una vez que salgas de tu penuria.
En cuanto a Kaavan, no puedo evitar emocionarme cada vez que veo su imagen, ya no será el elefante más solitario del mundo, tendrá una familia, porque al fin Kaavan…ya es libre.