Se hace hincapié en como las pruebas han sido una práctica común entre los países que han trabajado para controlar el virus.
Las pruebas seguirán siendo una herramienta crítica contra COVID-19, incluso cuando se desplieguen vacunas contra la enfermedad, dijo el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros Adhanom Gheybreyesus.
“Inicialmente, los trabajadores de la salud, las personas mayores y otros grupos de riesgo serán priorizados para la vacunación. Eso seguirá dejando al virus con mucho espacio para moverse y las pruebas seguirán siendo una herramienta vital para controlar la pandemia”, dijo Tedros Adhanom Gheybreyesus.
Sin embargo, también enfatizó que, aunque es vital, las pruebas son solo una parte de la estrategia contra el COVID-19.
“Las pruebas son el foco de atención que muestra dónde está el virus. Las inversiones en pruebas deben ir acompañadas de inversiones en instalaciones de aislamiento, atención clínica, protección de los trabajadores de la salud, rastreo de contactos, investigación de conglomerados y cuarentena con apoyo”, afirmó.
Mientras tanto, la OMS dijo que se necesita más información sobre la vacuna desarrollada por la compañía farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
Los socios anunciaron esta semana que los ensayos clínicos mostraron que un régimen que constaba de media dosis de la vacuna, seguida de una dosis completa un mes después, era más eficaz que dos dosis completas, por lo tanto se requerirá de una mayor evaluación, ya que los datos se informaron en un comunicado de prensa.
También se señaló que, según el comunicado de prensa, menos de 3,000 personas recibieron el régimen de dosis más baja, los cuales tenían 55 años o menos, mientras que el otro grupo que recibió las dosis completas, estaba compuesto por más de 8,000 personas de diferentes edades, lo que hacía muy difícil compararlos, además de que los números eran demasiado pequeños como para llegar a conclusiones definitivas.
AstraZeneca ha informado a OMS, que tiene la intención de realizar una prueba completa del régimen de dosis más baja.
En cuanto a la otra vacuna la de Pfizer y BioNTech, la intención es poder usarla junto con otras porque ninguna tendrá un suministro adecuado, ni ninguna vacuna necesariamente tendrá características operativas adecuadas para cumplir con todas las necesidades. Es por ello que Pfizer ha desarrollado una forma de poder mantener la temperatura de la vacuna hasta por 10 a 15 días, además de que se puede almacenar a temperatura refrigerada durante cinco días, mientras que también se pueden usar congeladores portátiles que no funcionan con electricidad e incluso hielo seco.