Más de un millón de niños han sido diagnosticados con COVID-19 en Estados Unidos, de acuerdo con datos dados a conocer por la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación del Hospital Infantil.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, más de 1 millón de bebés, niños y adolescentes han sido diagnosticados con la enfermedad, según datos publicados por la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación de Hospitales de Niños, que rastrean los datos reportados por los departamentos de salud estatal.
La presidenta de la Academia Estadounidense de Pediatría, Sally Goza, dijo que las cifras son “impactantes y trágicas”. Generalmente los niños tienen más probabilidades que los adultos de presentar casos leves, pero ha habido hospitalizaciones e incluso muertes.
Además de los niños infectados con el virus, la pandemia ha afectado la salud de los jóvenes de muchas formas:
- Estrés familiar y salud mental: según una encuesta nacional, el 27% de los padres informaron un empeoramiento de su salud mental y el 14% informaron un empeoramiento de la salud mental de sus hijos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las visitas de niños y adolescentes al departamento de emergencias por problemas de salud mental aumentaron más del 24% durante la pandemia.
- Las interrupciones en la educación han afectado no solo el rendimiento académico de los niños, sino también la estabilidad y la equidad familiar debido a la pérdida de salarios causada por el cierre de escuelas.
- Los niños tienen acceso reducido a la atención médica durante la pandemia, como se demostró en un análisis de datos realizado por los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid. En comparación con el mismo período de 2019, hubo un 22% menos de inmunizaciones para niños de 2 años o menos contra otras enfermedades infecciosas como el sarampión y la tos ferina y un 44% menos (3,2 millones) de servicios de detección infantil. A la AAP le preocupan los niños que no se someten a exámenes de desarrollo y de otro tipo que normalmente se realizan durante estas visitas.
- Los niños ya eran vulnerables al abuso y la negligencia antes de la pandemia y las investigaciones han demostrado que los factores estresantes acumulados, como la pérdida del trabajo y las enfermedades, ponen a las familias en riesgo de maltrato infantil. El aumento del estrés y el aislamiento ponen a los niños en riesgo inmediato de sufrir daños graves, negligencia e incluso la muerte.
La enfermedad grave debida a COVID-19 sigue siendo poco común en los niños. Pero la AAP exhorta a las autoridades de salud a hacer más para recopilar datos sobre los impactos a largo plazo en los niños, incluida la forma en que el virus puede dañar la salud física de los jóvenes una vez que la enfermedad aguda se haya resuelto. La AAP también pide más investigación sobre los efectos en la salud mental y emocional que la pandemia está teniendo en los niños y adolescentes.
La AAP cree que la cantidad de casos de COVID-19 notificados en niños probablemente sea un recuento insuficiente porque los síntomas de los niños suelen ser leves y es posible que no se examinen para todas las enfermedades. El virus ha tenido un impacto desproporcionado en los niños afroamericanos e hispanos, que están sufriendo un mayor número de infecciones, así como otros impactos de la pandemia, incluidos los daños económicos y la falta de acceso a la educación y otros servicios críticos.