Un hombre chino de 52 años se entregó a la policía luego de huir por 30 años por un crimen del que era inocente.
El hombre confesó a la policía su crimen, el cual consistía en haber estado involucrado en una pelea grupal en el año 1990 en Yinchuan en la región Ningxia Hui en el noroeste de China.
El hombre, de apellido Zhou, escapó del lugar sin haber herido a nadie pero, al día siguiente, decidió volver al lugar de los hechos y al ver un vehículo de la policía allí, pensó que estaba involucrado en un caso criminal, hecho por el cual decidió esconderse.
Cansado de huir, el fugitivo decidió entregarse a la policía y allí se enteró que era inocente. Luego de conocer su situación comenzó a llorar por todos los años que había perdido huyendo y lo peor fue que no pudo ver a sus padres quienes habían fallecido durante ese tiempo.
Zhou, durante esos 30 años que estuvo huyendo, se mantuvo trabajando en minas y fábricas de ladrillos o recolectaba y vendía artículos reciclables.